sábado, 19 de septiembre de 2009

Tito, Tito, Tito


Hace aproximadamente un año, vivía yo en Madrid, en casa de un buen amigo, Víctor Taberner. El tipo ejerce con solvencia de ayudante de dirección de cine y, además, tiene un talento innato para cabrearse provocando la risa de quien le contempla. Y él lo sabe y lo explota. Es un genio del enfado. Así que, una noche, durante uno de esos hilarantes cabreos, surgió la idea: "Oye, ¿tú harías éso delante de una cámara?". Su respuesta fue un airado y ofendido: "¿Que si qué? ¿Pero tú a mí por quién me has tomado? ¡Pues claro, joder!".  Así que nos pusimos a trabajar y surgió un personaje entrañable: el Tito Hijo de Puta.
El Tito dejaría en ridículo a cualquier estibador portuario por su procacidad a la hora de soltar insultos y palabrotas. Y, sin embargo, es un exitoso escritor de novela rosa. El Tito es un solitario que no duda en renegar de sus congéneres y en echarles en cara a grito pelado sus defectos y miserias. Y, sin embargo, es una persona profundamente sentimental, de la que todos se aprovechan. El Tito es un ser sin escrúpulos, un ladrón y un asesino. Pero también es un hombre torturado por sus complejos. El Tito es un machista y un homófobo, pero también un individuo honestamente afectuoso con los inocentes -os remito al primer capítulo, cuando termina mirando un partido de fútbol con una niñita de apenas unos meses a la que bautiza con el nombre de Tita, "como la Tita Cervera. Un nombre de marquesa, pero también de putilla..."-.
En el Tito, en realidad, está lo mejor y lo peor de cada uno nosotros, pasado por el tamiz de un lenguaje a veces inapropiado, a veces directamente soez y ofensivo. Tamiz gratuíto, si se quiere, pero justamente ahí está su aspecto más rebelde. Porque en los tiempos que corren, la rebeldía brilla por su ausencia. Y el último recurso del rebelde está en poder gritarle a la cara a un inspector de Hacienda despiadado, a un informal e interesado periodista cooltural o a un irrespetuoso y pesado gay del Opus: "¡Hijos de puta!". 
En fin, la idea cristalizó en un proyecto que las responsables de contenidos de Paramount Comedy -para quienes sólo tengo palabras de agradecimiento-, apoyaron valientemente. Estuvimos rodando durante cinco días en casa del propio Víctor. El ritmo fue infernal, agotador. Fueron cinco días de hermosa e intensa locura. Todos los miembros del equipo y los amigos que soportaron con paciencia nuestro trabajo contribuyeron a hacer de la serie algo inolvidable para quienes nos metimos en el embolao. De ellos es el Tito. Y ahora, por fin, será también de la audiencia. El próximo dia 23 de septiembre, Paramount Comedy estrena la serie en una maratón especial de diez capítulos. Espero que os guste el sabor agridulce, porque ése es el sabor del Tito Hijo de Puta: el de la tragicomedia. El de la vida.





1 comentario:

Esther dijo...

:O
¡¡Y yo sin la Paramount!! Algo habrá que hacer al respecto.
Pues tiene buena pinta. La verdad que debe ser genial poder trabajar con amigos y que luego salga bien. Eso debe ser todo un lujo.
Os deseo mucha suerte. Y a ver si lo puedo ver de algún modo. Subirlo al "yutu" porfa, por pedir, jeje.
Un saludito.