martes, 24 de febrero de 2009
Si os lo perdisteis...
Gracias a una buena amiga, que ella ya sabe quién es (siempre había querido poner esto por escrito), desde hace un tiempo está disponible en YouTube el programa "La Navidad Mola". Dicen que las cosas se valoran mejor con el paso del tiempo (igualito que las hipotecas). A mí me ha gustado revisitar este trabajo y constatar que el enorme esfuerzo mereció la pena. Lo añado también aquí por si algún despistao se deja caer y le entran las ganas... Tengan en cuenta que este programa lo rodamos con un presupuesto equivalente al coeficiente intelectual de Farruquito. Y, a diferencia de Farruquito, no te deja mal cuerpo después de verlo pasar.
sábado, 14 de febrero de 2009
Siempre roto
jueves, 5 de febrero de 2009
Peep Show
No, lástima, no va de sexo. Bueno, tal vez un poco. Bueno, no, de hecho, buena parte de la serie gira alrededor de los problemas sexuales de sus protagonistas... 'Peep Show' es el nombre de una comedia británica (Channel 4) que arrancó en 2003 y que tiene ya en fase de preparación la sexta temporada (ole, sus cohone!). Básicamente, trata de las peripecias de dos compañeros de piso que rondan la treintena y que, como buenos personajes cómicos, son unos desgraciados. Sus protagonistas, David Mitchell y Robert Webb, cuentan con una larga (que no dilatada) trayectoria en series y programas cómicos de la tele inglesa. Combinan bien, como los huevos fritos con patatas. Aunque, claro, no a todo el mundo le gustan los huevos fritos con patatas, ¿no?... ¿O sí?
Una de las características más interesantes de la serie, es que está toda rodada a partir de "planos subjetivos" (como en 'Being John Malkovich'). El espectador ve lo que está viendo alguno de los personajes implicados en la escena. Éso, que ya de por sí es original (tratándose de una serie de televisión con cinco temporadas a cuestas), está combinado con voces en off de los dos protagonistas. Así, los creadores de la serie, Jesse Armstrong y Sam Bain, consiguen transmitir lo que ven y lo que piensan estos personajes. ¿Se imaginan, por ejemplo, poder oír lo que piensan los personajes de 'Escenas de Matrimonio'?... No, claro, es un mal ejemplo. En fin, si quieren ver algo, aquí les sugiero esta escena en la que Mark, uno de los dos tontainas, tiene una primera cita con la mujer por la que suspira... Una escena con sexo. Hágase.
domingo, 1 de febrero de 2009
Duros de verdad
Hay personas que, más que hacer humor, te lo escupen a la cara. No es que me guste que me escupan, pero hay algo magnético en su arte: ¿han oído hablar de la atracción del peligro? ¡Pues eso! Las admiro porque son capaces de convertir las verdades más dolorosas en sonrisas. Congeladas, sí, pero sonrisas. Son humoristas "gin-tónic": amargos, pero...
Uno de ellos hace ya tiempo que, desgraciadamente, estiró la pata: Lenny Bruce. En los años sesenta, en un ambiente social dominado por la represión y paranoia, la "justicia" de Estados Unidos trató de cerrar la boca al bueno de Lenny. ¿Por qué? Porque sus monólogos resultaban soeces y ofensivos. Y era cierto, soltaba muchos tacos. Como la mayor parte de sus congéneres. Pero, entre taco y taco, también soltaba verdades como puños. Y ésas, por lo visto, dolían a más de uno... Lenny murió en 1966. Y lo hizo como lo hacían entonces los grandes del espectáculo: de una sobredosis y tirado en un wáter.
Otro de los duros, también finado ya, fue Bill Hicks (¿por qué será que todos los duros la diñan demasiado pronto?). El 26 de febrero de 2009 se cumplirá el 15º aniversario de su muerte.
En EE.UU hay programados diversos actos de homenaje. Incluso David Letterman emitió una actuación de Hicks en su programa el pasado viernes: una actuación grabada en 1993 y ¡no emitida hasta el 30 de enero de 2009! A veces, Letterman es tan mojigato...
En España, homenajes, ninguno. ¿Pá qué? No lo conocía casi nadie. Pues, amigos, Bill Hicks fue un gran humorista. Era vitriolo puro. La rabia hecha humor. Y, siguiendo la estela de otros como Bruce, demostró que, a pesar de no estar ya en los sesenta, en Estados Unidos todavía había mucha represión y, sobre todo, paranoia. Él sabía dónde estaban las llagas, metía el dedo y urgaba hasta transformar la risa en miedo. Porque de eso se trataba, tanto en el caso de Lenny Bruce como de Bill Hicks: coger la ridiculez de esta vida y utilizarla como un espejo de las verdades más dolorosas... Y siempre habrá quien diga: "A mí, eso no me hace gracia". Bueno, tal vez esa incomodidad forme parte también del espectáculo. Porque, amigos, si la vida fuera de color de rosa, Bruce y Hicks no hubieran existido... Pero existieron.
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